Miedo

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Letra

Espero que me coman pronto los gusanos
será la única forma de que me coman el rabo,
mantente al margen cerdo estoy en otro plano
te juro que la armo, huye si me ves armado.

Hay tanto miedo en los ojos del enemigo,
hay tanto miedo en los míos,
hay tanto miedo en un mundo que trata de evadirlo,
sácate los ojos, te mostraré el vacío.

Dios ahoga pero no aprieta,
se percata de que tengas una muerte dolorosa y lenta,
aun tengo tanta fe como inocencia
no creo en un creador creado por una empresa.

Los días pasan, la carga aumenta
esto pesa tanto que se me va a partir la conciencia,
no sabe de amor el que no sabe de odio
dame un ápice de cariño y te lo doy todo.

Hay tanto miedo en los ojos del enemigo,
hay tanto miedo en los míos,
hay tanto miedo en un mundo que trata de evadirlo,
sácate los ojos, te mostraré el vacío.

Hay tanto miedo en los ojos del enemigo,
hay tanto miedo en los míos,
hay tanto miedo en un mundo que trata de evadirlo,
sácate los ojos, te mostraré el vacío.

Esta virginidad me esta follando vivo
las cosas no llegan, yo no soy cualquiera
el problema es que no es un problema pasajero
pregúntale a enfermos como yo de cuarenta.

No sabes una mierda, cierra el pico, puta
o te coso la boca con el tubo de tus tripas,
yo no soy de calle pero mejor cállate
a ver si voy a salir de casa sólo para matarte.

La primera ley es no dañar inocentes,
la segunda es acabar con los culpables,
la tercera es perdonar a los que en verdad se arrepienten,
pero ninguna ley sirve si se me cruzan los cables.

Soy juez, víctima, y verdugo a la vez
si he perdido el juicio o lo he ganado no lo sé,
sólo sé que estoy aquí, aquí y ahora
con esta ansiedad constante y esta vida destrozada.

Hay tanto miedo en los ojos del enemigo,
hay tanto miedo en los míos,
hay tanto miedo en un mundo que trata de evadirlo,
sácate los ojos, te mostraré el vacío.

Hay tanto miedo en los ojos del enemigo,
hay tanto miedo en los míos,
hay tanto miedo en un mundo que trata de evadirlo,
sácate los ojos, te mostraré el vacío.

Hay tanto miedo en los ojos del enemigo,
hay tanto miedo en los míos,
hay tanto miedo en un mundo que trata de evadirlo,
sácate los ojos, te mostraré el vacío.

Análisis Lírico

Esta obra confirma y radicaliza una trayectoria que ya venía marcada por la autoincriminación, la misantropía y la escritura como único refugio. Solitario mantiene aquí su registro confesional y extremo con ese cruce entre autodesprecio y desafío público, pero lo hace desplazando el centro hacia una atmósfera de pánico colectivo, afirma que el miedo no es sólo suyo si no social, compartido con el "enemigo" y replicado en la mirada de ambos. Esa idea relicaría con temas previos sobre la soledad, la muerte y la rabia que aparecen a lo largo de su producción anterior.

Solitario recurre a la repetición y a imperativos violentos para generar un ritmo que alterna mantra y estallido. La violencia física que describe (desde la autosujeción hasta la amenaza contra otros) funciona tanto como imagen literal como metáfora del daño relacional y psicológico: arrancar ojos o coser bocas son maneras extremas de hablar sobre la imposibilidad de ver, de ser visto o de ser escuchado. Esa estética grosera y corporal ya figuraba en textos anteriores, donde la descomposición y los gusanos eran símbolos recurrentes de vacío interior.

La obra pone en tensión un código moral al dictar "leyes" con la incapacidad de seguir cualquiera cuando "se le cruzan los cables". Esa ambivalencia (reglas formales frente a la irrupción del desborde) es un motivo que aparece en 2016 cuando Solitario explora la idea de ser juez y verdugo o de reclamar justicia por mano propia. En este poema esa figura se vuelve explícita, donde él se declara juez, víctima y verdugo a la vez, lo que revela la fragmentación de su identidad y la erosión de cualquier autoridad externa.

Cronológicamente, esta obra funciona como continuidad y densificación: continúa la línea de desesperanza, insomnio y rabia que marcó sus piezas de 2015–2016, pero añade una capa de amenaza interpersonal más directa y una ambigüedad moral que obliga al oyente a moverse entre compasión y alarma. Solitario ya había usado la blasfemia, la imaginería de muerte y la escritura como catarsis en entregas anteriores, aquí esas herramientas confluyen en un tema donde el miedo colectivo y la violencia simbólica son el pulso central, y donde la petición de cariño ("dame un ápice de cariño y te lo doy todo") humaniza por un instante a un yo que por lo demás se presenta inviable para la convivencia.

Es una pieza en la que la paranoia, la agresividad y la fragilidad conviven sin resolver la contradicción. Para quien sigue su diario lírico, la canción confirma que la escritura sigue siendo su única estrategia de supervivencia, es una confesión que hiere y al mismo tiempo pretende dejar constancia.