Sin motivos

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Letra

Que me da igual si mañana no amanece,
ningún sol hará que se disipe esta oscuridad que yace
dentro de mi pecho.

Ya lo he dicho: estoy bajo los efectos de este estado anímico y
drogado de negatividad no puedo
pensar que hay un cielo detrás de ese fondo negro.

Me siento como un abuelo
enchufado a una máquina de diálisis que me administran miedos,
llama a la enfermera, haber si me la follo
y me quito este complejo de virgen de mierda, ojalá pudiera.

Tengo la sensación de no tener el control de mi vida
y lo peor es que no me resulta extraña,
llevo una vida regada por la decidía
llevo, un intento de vida y una cruz volteada a las espaldas.

Quítame esta carga,
por favor, quítame esta carga,
quítame esta carga,
quítame esta carga, joder,
quítame esta carga,
quítame esta carga,
quítame esta carga,
quítame esta carga.

No es cosa mía,
quizá esta carga que llevo a las espaldas sea explosiva
y cuando explote ¿qué será de mi cordura?
del pequeño porcentaje que me queda.

La cicatriz es la única herida que nunca se cierra
siempre sigue abierta,
pasar página me cuesta
por eso dejo abierta la libreta.

Y espero a que las cosas cambien solas
y solo cambia la fecha y la hora,
vivo mi propio día de la marmota
sacado de un mal día que no termina nunca.

Apuntale a la conciencia en la nuca,
seda las tarántulas, ponme otra copa,
anestesia esta puta angustia...

Quítame esta carga, esta carga
quítame esta carga,
quítame esta carga,
quítame esta carga,
quítame esta carga,
quítame esta carga,
saca las tarántulas de mi cabeza
me están haciendo daño.

Veintiún gramos, ¿eh?, no me lo creo
mi alma tiene que pesar el doble por lo menos,
sé que no estoy muerto por que sufro
este dolor es lo único que me hace sentir vivo.

La realidad es que escribo sin motivos,
sin motivos para seguir respirando,
pero me parecería muy injusto
optar por el suicidio después de tanto.

Al fin y al cabo no me tengo tanto asco,
me di cuenta mientras observaba vuestros rostros,
nací lleno de amor pero me vaciaron
y ahora intento llenar mi vacío interior con odio.

¡Demonios!
no habrá exorcismo que los saque de este trastornado cráneo,
mejor solo que mal acompañado
porque soy una mala compañía estando solo,
no dejo de hacerme daño, no, no, no...
soy un puto santo, me estoy matando por no matarlos.

Quítame esta carga...

Análisis Lírico

Solitario relata con crudeza la prolongación de un estado anímico que ha hecho de la vida una repetición inmutable. El texto abre desde la apatía absoluta ("me da igual si mañana no amanece") y avanza mostrando cómo esa apatía se alimenta de hábitos de abandono y de una negatividad drogada que impide reconocer un horizonte esperanzador. Las imágenes médicas (un abuelo en diálisis) y las referencias a la virginidad, la carga y la cicatriz rehacen la cotidianeidad en símbolos de pérdida de agencia, la vida es una máquina que administra miedos y deja una herida que no cicatriza.

El poema progresa hacia la lucha interna entre el deseo de que alguien elimine la carga, con el temor a la propia explosión, a perder la poca cordura restante, y con una autocrítica amarga (nacimiento con amor y vaciado posterior). Aparecen elementos que humanizan el conflicto como la solidaridad contradictoria ("no me tengo tanto asco") y la decisión provisional de no optar por el suicidio después de tanto recorrido vivido. Esa ambivalencia marca el núcleo ético del texto, que aunque sufre y se autolesiona en pensamiento y acto, conserva un motivo para permanecer.

La obra alterna estribillos repetidos ("quítame esta carga") con imágenes concretas (tarántulas, veintiún gramos) que funcionan como ganchos rítmicos y semánticos, la repetición no es solamente lírica sino performativa y revela la insistencia del síntoma. El cierre reafirma la soledad elegida como defensa ("mejor solo que mal acompañado") y la autopercepción como amenaza para los demás, lo que deja la canción en un punto de tensión donde la supervivencia es tanto desgaste como acto de resistencia.

Esta obra funciona como entrada de diario sobre un sujeto que registra su desolación sin renunciar por completo a la vida, es una pieza que documenta la persistencia del dolor, la lucha por identificar un motivo y la frágil decisión de seguir respirando pese a la ausencia de razones externas.