Náusea

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Letra

Esto es oscuro como el agujero negro
en el que debí de caerme de pequeño,
si sientes náuseas mejor quítate los cascos
no vaya a ser te de por quitarte de en medio.

Si todos los días duermo, que venga un médico
y me explique porque ya no tengo sueños,
si tienes altavoces no lo subas mucho,
no vaya a ser que se suicide medio mundo.

Sigo buscando el rumbo,
como me gusta ser un mártir
para escribir así de vez en cuando,
aunque no resarza lo mucho que sufro.

Vais de dioses pero yo soy el diablo, ¡diablos!
sentirme mal que mal me está sentando,
que empiezo a sentirme bien cuando sangro.

Estoy descomponiendo melodías,
yo di de mano en recomponer mis pedazos, ¡pedazo de puta!
si abro la boca es para que salgan las moscas,
si la cierro el corazón se me corta,
porque lo tengo en la boca, porque lo tengo en la boca.

Yo no elegí esta mierda de vida,
tú tampoco has elegido esa y te ha venido sola,
la diferencia es bastante clara,
esa sonrisa tuya dista mucho de mi cara.

Os vienen las cosas regaladas,
no tengo salud mental, amor, ni pasta,
para hablar de sufrimiento mejor te lavas la boca
y así de paso te quitas la lefa.

Esta locura se me va de las manos
porque nada se me va de la cabeza,
si tuviera un arma me liaba a tiros
pero escribo porque esto no es América.

Esta locura se me va de las manos
porque nada se me va de la cabeza,
si tuviera un arma me liaba a tiros
pero escribo porque esto no es América.

Escribo porque esto no es América,
pero escribo porque esto no es América.

Análisis Lírico

En esta obra Solitario describe un estado limítrofe donde la experiencia corporal (mareo, vómito metafórico, pérdida del sueño) se convierte en la imagen primera de una vida que no quiso y que no comprende. La letra avanza como un cuaderno de observaciones clínicas, solicita un médico para explicar la carencia de sueños, advierte sobre la potencia de su mensaje ("si tienes altavoces no lo subas mucho") y mide el propio dolor con certeza profesional.

Aparece una doble figura identitaria, por un lado Solitario que se reconoce mártir, beneficiario de su propio sufrimiento para crear ("como me gusta ser un mártir para escribir") y por otro, la figura diabólica que reivindica su malestar frente a la santidad fácil de los demás ("vais de dioses pero yo soy el diablo"). Esa polaridad alimenta imágenes perturbadoras (sangre, moscas, corazón en la boca) que articulan una estética de descomposición.

La obra combina confesión íntima y denuncia social. Solitario contrapone su falta de recursos (salud mental y dinero) con la vida regalada de otros y responde con ironía cruda. Las amenazas explícitas de violencia se moderan por la elección consciente de la escritura, la lírica funciona como substituto de la acción, un mecanismo de supervivencia y testimonio.

La repetición obsesiva de "esto no es América" actúa como cierre resignado, no sólo una ubicación geográfica, sino una constatación de límites (legales, culturales, remediales) que condicionan la posibilidad de escape o redención. Registra un progreso emocional que va de la náusea física a la escritura como último recurso, y deja constancia de una voz que transforma la autodestrucción potencial en obra.