Renacer
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Letra
Estaba tocado y ahora estoy hundido,
no es fácil vivir con lo mío,
no es fácil convivir conmigo,
mis padres saben lo que digo.He estado pensando tanto
que he llegado a plantearme muchas cosas,
pienso dejarme el alma,
me refiero a la mitad que no está rota
y si por algún casual mañana no despierto,
no le digáis a mi madre que me he muerto,
ya buscaré la forma de resucitar,
para decirle por primera vez que la quiero.Ya que nunca se lo he dicho por falta de tiempo,
el tiempo que me falta pa' curarme,
nunca es tarde para echarle huevos,
y dejar de ser un cobarde...Nunca es tarde aunque el cielo ya esté oscuro,
nunca es tarde para vivir,
me queda media vida por delante
y en la primera parte no he hecho más que sufrir.La vida a todos no nos viene igual,
y desde ese cielo no me creo tu empatía,
desde pequeño con problemas de ansiedad,
y con trastornos que me han marcado la vida.Perdóname por todo lo que he hecho,
yo no logro perdonarme por lo que no hice,
si en realidad la culpa no es de nadie,
no han pasado tiempos fáciles.He tardado mucho en darme cuenta,
ese viaje me ha cambiado la vida,
he tenido que salir de mi cabeza,
ya que no hay pasta para viajar ahí fuera
y si por mi fuera,
nada sería como ahora,
pero la desesperanza me ha hecho mella,
y ahora la hoja de mi voluntad no corta.Y si me corto las venas
¿acaso acabaría con mis problemas?
y si les corto la cabeza
¿acaso acabaría con esta ira?Si está todo dentro, aguardo males,
y por eso sólo digo cosas malas,
uno da lo que recibe y si escupo odio
es porque recogí las balas.Y ahora soy yo quien dispara,
aunque me salgan los tiros por la culata,
ansiando que esta ansiedad se acabe,
antes de que doblen las campanas.Esta muerte ya está anunciada,
estoy sacando versos del ánima,
juro haré que llueva ácido,
cuando se evaporen estas lágrimas.Quítame la vida, quiero apreciarla,
si no muero viviré mejor,
morir o renacer,
me vale cualquiera de las dos.Quítame la vida, quiero apreciarla,
si no muero viviré mejor,
morir o renacer,
me vale cualquiera de las dos.Quítame la vida, quiero apreciarla,
si no muero viviré mejor,
morir o renacer,
me vale cualquiera de las dos.Quítame la vida, quiero apreciarla,
si no muero viviré mejor,
morir o renacer,
me vale cualquiera de las dos.Haré que llueva ácido,
juro haré que llueva ácido,
muertos...
haré que llueva ácido,
cuando se evaporen estas lágrimas.
Análisis Lírico
Solitario se presenta en esta obra en el punto de inflexión entre la autodestrucción y la posibilidad de recomenzar. El poema abre situándolo "hundido", marcado por una convivencia difícil consigo mismo y por una deuda afectiva que aún no ha expresado, confiesa que nunca le ha dicho a su madre que la quiere y proyecta ese reconocimiento como una razón para renacer. La transparencia respecto a sus trastornos y su ansiedad da al relato una urgencia confesional, estas condiciones no son meros fondos, sino fuerzas motrices que han determinado su trayectoria vital.
A lo largo de la obra aparece un doble movimiento. Por un lado, la escucha de la culpa y el reproche que sitúa a Solitario en una economía de deudas emocionales, y por otro, la afirmación de voluntad al afirmar que "nunca es tarde", "me queda media vida", donde reconoce haber aprendido y haber salido de su cabeza, a falta de medios externos. Esa tensión se condensa en imágenes violentas (cortar venas, cortar cabezas, disparos) que funcionan como metáforas de la lucha interna, la violencia verbal no sólo expresa ira, sino también el intento de vaciarse para recomponerse.
El estribillo opera como eje simbólico, la muerte aparece tanto literal como metafórica y el renacer es tanto esperanza como desafío práctico. La ambivalencia final ("Quítame la vida, quiero apreciarla, si no muero viviré mejor") revela que la posible transformación no es una simple elección sino un proceso atravesado por desesperanza y un deseo genuino de valorar la vida. Por último, la evocación de una catarsis apocalíptica ("haré que llueva ácido cuando se evaporen las lágrimas") subraya la dimensión catártica del proyecto poético, de transformar el dolor en una lluvia que lo purifique aunque esa purificación conlleve destrucción.
La obra registra la herida, toma responsabilidad parcial por las respuestas violentas que ha recibido y dado, y anuncia una voluntad de cambio que todavía lucha con la sombra del pasado. Es la crónica de un pensamiento que se rehace y que reclama, con rabia y ternura mezcladas, una segunda oportunidad.