Demasiado tarde

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Letra

Es demasiado tarde ahora,
para querer nacer y ser otra persona,
el fénix solo renace una vez
así que rezaré por que se apaguen estas llamas.

Si tuviera la energía que debiera,
ya estaría intentando cambiar mi vida,
en vez de gastar la poquita que me queda
en una mierda que no sirve para nada.

Y mientras tanto tiempo pasa las cosas solo cambian
para envejecer o perder su gracia,
si en el folio hay tinta en mis ojos lágrimas,
escribo cuando no me salen las palabras.

Escribo porque no se hacer otra cosa,
si el suicidio al fin y al cabo no me renta,
ya lo dije hace poco más de un año,
que antes de matarme yo asesino a cuarenta.

Es hermoso cuando te tengo en mis brazos,
sentirte como te siento,
odioso es cuando despierto,
cuando no tengo más que este frío sempiterno.

Me he dicho mentiras tan bonitas,
por un momento pensé hasta que era cierto,
tranquilo, solo era un sueño
como cuando piensas que todo esto irá mejor.

Una vez soñé que era libre,
una vez fui libre, lo sentí en mis carnes,
"ojala no fuera un sueño", pienso,
que ojala siempre soñare.

Lo mejor que me ha pasado en la vida fue mentira,
se lo inventó mi mente,
maldita hija de puta,
por lo menos hazme inconsciente.

Una vez soñé que era libre,
una vez fui libre, lo sentí en mis carnes,
"ojala no fuera un sueño", pienso,
que ojala siempre soñare.

Una vez soñé que era libre,
una vez fui libre, lo sentí en mis carnes,
me estoy matando poco a poco,
pero llevo haciéndolo ya mucho.

Demasiado tarde ahora,
una vez fui libre,
rezaré por qué se apaguen estas llamas...

Análisis Lírico

Solitario consigna la constatación de que el tiempo y la propia inercia han cerrado una posibilidad de renacimiento auténtico. La imagen inicial del fénix que solo resucita una vez funciona como calendario trágico y afirma que no hay segundas oportunidades, y esa verdad torna la voluntad impotente. Se reclama incapaz de sostener la energía necesaria para recomponer su vida y la escritura aparece entonces no como curación, sino como único oficio que le queda, modo de expresión y testigo de su declive.

A lo largo del texto se alternan instantes de ternura y de frío implacable, la belleza de un abrazo contrapone la dureza del despertar; el recuerdo de momentos felices se confiesa como fabricación mental. Esa oscilación entre recuerdo y falsedad revela una conciencia fatigada que sospecha de su propia memoria y la califica de "mentira", deseando la inconsciencia como alivio. La confesión de pensamientos homicidas sirve más para medir el abismo interno que para proclamar voluntad real de daño.

El motivo del sueño de libertad estructura el texto como un diario de pérdida aclarando que hubo una experiencia de libertad, fue real en el cuerpo, pero quedó encapsulada en la condición onírica. El cierre no ofrece solución ni revulsivo moral más bien es la aceptación lúcida de un proceso de autodestrucción lento, admitido sin heroísmo, con la escritura como único acompañante fiel en la noche.

En términos existenciales, la obra documenta un tránsito desde la esperanza contenida hacia la resignación definitiva, y lo hace manteniendo la franqueza de quien registra sus fallas y su inanidad.