Arteterapia de psiquiátrico

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Letra

El mundo me da asco, vosotros me dais asco,
yo me doy un asco que no me aguanto,
con lo sincero que me veo cuando escribo,
llevo desde chico siendo un mentiroso...

Sonriendo a los demás por compromiso,
me importan más ellos que yo mismo,
y eso que me importa una mierda todo el mundo,
haceros una idea de lo que me valoro...

Ni siquiera la imaginación da para tanto,
desde el '96 siendo un tonto,
se han reído de mí muchas veces,
por eso las sonrisas me dan asco...

Por eso os tengo un odio tan real,
que lo puedo tocar con las manos...
con las mismas con las que puedo mataros,
y lo haré a bocados si me quedo manco.

Y lo haré a bocados si me quedo manco,
y lo haré a bocados si me quedo manco,
y lo haré a bocados si me quedo manco,
y lo haré a bocados si me quedo manco.

Ofrezco arte, arteterapia de psiquiátrico,
pinto cuadros con mi sangre,
si suena mal es porque estoy mal,
cuando suene bien me habré curado ya,
tengo tanta mierda en la cabeza,
que la materia gris se está volviendo negra,
me van a estallar un día las pelotas,
lo dice la vena de mi polla.

Diecinueve para veinte y sin novia,
soy más virgen que esa puta a la que rezas,
rézame a mí colega,
a ver si así mejora esta vida de mierda

Estúpidos creyentes incrédulos...
no saben que yo soy el nuevo Dios,
a pesar de que estoy en el infierno,
llevo el halo puesto de nacimiento...

Llevo el halo puesto de nacimiento,
llevo el halo puesto de nacimiento,
llevo el halo puesto de nacimiento,
llevo el halo puesto de nacimiento,
llevo el halo puesto de nacimiento...

Las cosas vienen solas para algunos,
a mí me han venido solo los palos,
las ramas del árbol, no el fruto,
y a base de disgustos lo he talado.

Maricones de mierda,
esta música de mierda no es para vosotros,
¿para qué me escuchas con la vida resuelta?
¿acaso quieres dártelas de loco?

Vete de aquí y no vuelvas,
no queremos mariposas en mi fango...
fuera de aquí con esa vida feliz,
saca tu sonrisa de mi velatorio...

Todos escribiendo sin motivos,
si fuerais yo, te digo yo que estabais muertos,
mariconas sufriendo por amor...
yo sufro porque nunca he tenido de eso,
yo sufro porque nunca he tenido de eso,
yo sufro porque nunca he tenido de eso,
yo sufro porque nunca he tenido de eso,
yo sufro porque nunca he tenido de eso.

Cuando encuentres a alguien que sangre como yo escribo,
que muera como yo he vivido,
entonces preséntamelo primo,
de momento en esta mierda estoy yo solo.

Te regalo una depresión como las mías,
es la cura de la tontería,
es la vacuna contra la alegría,
inyéctate mi sangre en tus venas...

Inyéctate mi sangre en tus venas,
y lo haré a bocados si me quedo manco,
llevo el halo puesto de nacimiento,
yo sufro porque nunca he tenido de eso.

Inyéctate mi sangre en tus venas,
y lo haré a bocados si me quedo manco,
llevo el halo puesto de nacimiento,
yo sufro porque nunca he tenido de eso.

Análisis Lírico

Solitario usa un lenguaje directo y provocador, un estado anímico de rechazo absoluto hacia el mundo y hacia sí mismo. El poema transita desde la máscara social (la sonrisa "por compromiso") hasta la exposición desnuda de un desprecio que se convierte en motor creativo, la sangre es simultáneamente materia y metáfora, pintura y vacuna.

La progresión emocional sigue un trayecto coherente, primero la confesión de impostura, luego el rencor acumulado fruto de burlas y fracasos, y finalmente la conversión del daño en oferta que mezcla autodestrucción y terapia. La insistencia en la virginidad y la soledad personal refuerza la sensación de aislamiento. La declaración de ser "el nuevo Dios" mientras sigue en el infierno funciona como una inversión irónica del poder al mostrar divinidad nacida del sufrimiento, no de la gracia.

El poema emplea la repetición y la hipérbole violenta como recursos performativos con las imágenes de "hacerlo a bocados" o "inyéctate mi sangre" busca tanto chocar como convocar solidaridad extrema (quien comparta la herida será presentado). El ritmo de estribillos reiterados crea una atmósfera ritual que convierte el padecer en identidad artística.

Solitario presenta el arte como síntoma y remedio, una autoterapia cruel que reclama autenticidad violenta frente a la felicidad ajena. La pieza no busca consuelo, en cambio registra y exhibe la herida, proponiéndola como única forma de verdad estética.