Pesadillas
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- insomnio
- reminiscencia
- rencor
Letra
Este invierno se prolonga demasiado,
son muchos años aguantando y aguantando,
dime en qué punto de mi vida he sido malo,
en mi diccionario no existe el perdón ya.Con toda la maldad que me he ahorrado
a lo largo de este tiempo largo,
me veo en mi pleno derecho de mataros a todos
como forma de pago,
y aún así no supliría los pecados que no he cometido,
maldigo mis tiempos pasados,
maldigo el presente que estoy construyendo
sobre cimientos que se hunden en el fango.Y contra más ladrillos superpongo más me hundo,
contra más crezco como persona más os odio,
me estoy dando cuenta a medida que maduro
de todos esos detalles que antes pasé de largo.Y ahora lo largo son las noches que no duermo,
pensando en todo aquello,
hoy me la quedo escribiendo,
los veo por la calle y me emparanoio,
ya no puedo evitar fruncir el ceño...Me ciño a lo que siento
¿por qué sonries niña?
¿no ves que tienes a 30 metros un muerto?
ya no duermo a pierna suelta,
en vez de eso me lo suelto,
lo canto en las sombras, no en conciertos...Que yo no valgo para eso,
solo cuento mis penas y os las regalo,
son de segunda mano, yo ya las he sufrido,
y las sufro por triplicado...La primera es cuando la vivo.
La segunda es cuando la recuerdo.
La tercera duele cuando ya la escribo,
no existe una cuarta, pero existe vuelta al ciclo.Siempre vienen las reminiscencias,
es como un gamberro jugando a timbrar mi puerta,
son como voces que me enervan, que me chillan,
he vuelto a tener otra de esas pesadillas,
en las que intento golpearles pero no puedo moverme,
me siento impotente...
en las que intento correr, pero mis piernas no responden,
y se ríe de mí toda esa gente...A veces se interrumpe el sueño,
y me despierto como un loco con los puños apretados...
al fin y al cabo solo estoy soñando,
como cuando pienso que todo esto irá a mejor...Solo estoy soñando al fin y al cabo,
como cuando pienso que todo esto irá a mejor...
Análisis Lírico
Solitario muestra la progresión de un malestar que se ha hecho crónico. El poema abre en un invierno simbólico que se prolonga más allá de las estaciones, ese paisaje exterior remite a una persistencia interna de sufrimiento y a la erosión del perdón. La voz poética contabiliza su "maldad" como un saldo ético que lo autoriza, en su imaginación colérica, a saldar cuentas por la vía extrema; tal hipérbole revela, sin embellecimientos, la intensidad del rencor y la distancia moral entre pensamiento y acción.
La estructura temporal del texto articula una experiencia en tres registros: vivir, recordar, escribir; y convierte la escritura en un nuevo estadio del dolor, más agudo por su conciencia retrospectiva. Este esquema multiplica el sufrimiento y lo transforma en un ciclo que vuelve y se reinicia, la reiteración refuerza la sensación de atrapamiento vital. A su vez, las pesadillas aparecen como núcleo simbólico, que junto con parálisis, impotencia y la risa hostil de los otros configuran un escenario onírico que desborda la vigilia, condicionando gestos cotidianos y provocando reacciones físicas (puños apretados, ceño fruncido).
El tono del poema oscila entre la furia y la desolación, pero también contiene una sorprendente lucidez sobre la propia obra: el reconocimiento de que cantar esas penas no es sino regalarlas, que la escritura las reproduce y las triplica. El cierre, que repite la afirmación de estar soñando, doblega la aparente afirmación de destino hacia una ambigüedad esperanzada, aun cuando la vida se describa como sueño y pesadilla, el pensamiento de que "tal vez esto irá a mejor" persiste como tenue asidero.