Desesperanza
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Letra
Otra noche fría de esas que ya echaba en falta,
he cogido el folio por banda tras esta paja,
otra más que cae a desesperanza
pa' machacarme los sesos prefiero machacármela.Luego dicen que por qué no doy la cara,
haz un videoclip tú que te va tan bien la vida,
de esos temas a los míos hay una diferencia clara:
yo no me escondo en la mentira.Por eso me quedo en el anonimato,
los vídeos los dejo para otros,
me quieres ver en acción y ¿qué coño esperas?
¿un cortometraje rajándome las venas?¿O esperas que salga haciéndome el chulo?
contando las cosas que cuento,
contando que mi vida no vale un duro,
¿o que ponga el tema de fondo
mientras me grabo y me masturbo?Quítame la camisa de fuerza
antes de que llegue la tormenta,
sácame los ojos de sus cuencas
no los necesito para ver lo que se oculta.Nunca estuve ciego pues viví en la oscuridad,
a tientas entendí que las luces que se apagan
se encienden con más fuerza,
cuando ya no queda nada
sabes que todo es lo que espera.Pero yo sólo sé que no sé nada,
que la indolencia es la que lleva la corona,
en este reino de injusticia despiadada,
en este mundo donde los sueños divagan.Sin rumbo fijo en una abstracta nube aspera
estoy en mi crucifijo como en atalaya,
mirando desde arriba donde ni siquiera
brillan ni los clavos de estas manos ensangrentadas.Viviendo en soledad desde milenios,
transmutando la impotencia en decibelios,
el odio que le tengo a todos como remedio
para seguir viviendo sin un puto motivo.Porque, si yo no puedo ser feliz
¿porqué iba a permitir que me mostréis vuestra alegría?
yo no tengo porque aguantar vuestra sonrisa,
ya tengo bastante con fingir la mía.Soy el grito entre la algarabía,
la voz que retumba,
las voces que callan no tienen tumba a su medida,
van directas a los fosos comunes
y nadie se acuerda de lo que decían.Hoy es otra noche fría, hoy es otra noche fría,
hoy es otra noche fría, hoy es otra noche fría.Quítame la camisa de fuerza
antes de que llegue la tormenta,
sácame los ojos de sus cuencas
no los necesito para ver lo que se oculta.Nunca estuve ciego pues viví en la oscuridad,
a tientas entendí que las luces que se apagan
se encienden con más fuerza,
cuando ya no queda nada
sabes que todo es lo que espera.Cuando ya no queda nada,
sabes que todo es lo que espera,
o eso es lo que espero.
Análisis Lírico
Solitario registra, con distancia y crudeza, una fase de cristalización del abatimiento: la noche fría que se repite funciona como marcador temporal y emocional, una especie de cuaderno donde se contabilizan derrotas y rituales de evasión.
Ya no discute la posibilidad de mostrarse, al contrario, la rechaza y convierte la exhibición en objeto de escarnio: el videoclip, la pose, la puesta en escena son formas de falsedad que no alcanzan a tocar la verdad de su experiencia.
La imaginería médica y sacrificial (camisa de fuerza, arrancar ojos, crucifijo, manos ensangrentadas) expresa a la vez violencia y resistencia, no es sólo un deseo de autodestrucción, sino una exigencia por eliminar los artificios sensoriales que impiden ver lo "oculto". Esa paradoja (no necesitar los ojos para ver) es el núcleo de una lucidez amarga, Solitario comprende que la oscuridad ha sido su escuela y que, en ella, aprendió a percibir las luces que sólo se encienden cuando todo ha caído.
Musicalmente y estilísticamente el texto reafirma el método de transformar la impotencia en ruido ("decibelios") y el rencor en herramienta de subsistencia. El odio se presenta no como simple agresividad, sino como recurso paliativo para mantener la continuidad vital cuando faltan motivos exteriores para vivir. Esta decisión ética y estética distingue al poema cuando se evita el cliché de la confesión performativa y se opta por la constancia del malestar como materia artística.
Desde la perspectiva del trayecto personal, esta obra confirma una trayectoria ya visible en entregas anteriores: Solitario progresa desde la protesta más visceral hacia una introspección que normaliza la soledad y la anonimidad como posición elegida. No hay duelo por la invisibilidad, en cambio hay soberanía sobre ella, ya que prefiere el anonimato como forma honesta de existencia frente a la "alegría" impostada de los demás.