Por eso

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Análisis

En esta obra, profundiza aún más en su retrato de la desesperanza vital, dando un paso más en la línea de autodefinición que había trazado en 2015. Aquí, su voz no solo se reconoce aislada, sino también corroída por la desidia y un vacío que parece no tener remedio. La repetición obsesiva del estribillo refleja el ciclo interminable de caída y fracaso, en contraste con un anhelo de vuelo que nunca se materializa.

Recurre a imágenes de bancarrota emocional y de odio acumulado como síntomas de un alma rota, al tiempo que denuncia la falsedad de la promesa de alegría, algo que siente ajeno desde su nacimiento. Frente a este panorama, la tristeza se convierte en sustituto de compañía y el rencor en una colección íntima, como cromos de una vida a la deriva.

A diferencia de letras anteriores donde aparecía la lucha como resistencia, aquí se aprecia un tono más resignado, como si el poeta aceptara su destino de caída. Sin embargo, entre tanta ruina emerge un resquicio de sentido: el dolor mismo es motor de sueños y el motivo por el que aún se mantiene vivo. Esta paradoja, de vivir gracias a lo que lo destruye, sitúa a Solitario en una etapa de mayor madurez reflexiva, donde la lucidez efímera se convierte en su único refugio, aun cuando cada vez lo perciba más distante.

Letra

Por mí podéis dejarme solo, que me pudra,
que alimente sentimientos de desidia,
vivo en un rincón donde la luz no alumbra,
nací de espaldas a la palabra alegría.

Si hoy no es mi día, mañana no es mi día,
ayer no fue mi día ¿qué me queda?
¿abrazar esta tristeza en busca de compañía
imaginándome que es ella?

Quizás hacerme otra, quizás liarme uno,
pero no tengo pasta para lo segundo,
si no me encuentro ni yo mismo
creo que me he precipitado al lanzarme a buscar curro...

Y cayendo voy, cayendo vengo,
ya intenté volar, pero no puedo,
ahora estoy precipitándome al vacío
que han dejado en mi interior los años que se fueron.

Y cayendo voy, cayendo vengo,
ya intenté volar, pero no puedo,
ahora estoy precipitándome al vacío
que han dejado en mi interior los años que se fueron.

Y cayendo voy, cayendo vengo,
ya intenté volar, pero no puedo,
ahora estoy precipitándome al vacío
que han dejado en mi interior los años que se fueron.

No es que esté loco, loco, es que estoy corrompido,
no la hecho en falta, porque nunca la he tenido,
mi corazón lleva sin latir diecinueve años,
y aún les suena extraño las cosas que digo...

Cuando lo que era rojo se vuelve negro,
¿de qué color es el cielo en el infierno?
porque yo lo sigo viendo azul, como el primer día,
aunque cada día lo vea más lejos.

Y es por eso, por eso es por lo que sueño,
por eso es por lo que vivo, por eso muero,
cada vez que lo pienso,
cada vez que tengo momentos de lucidez perecederos,
pensando si llegaré a tocarlo con los dedos,
o se hunde el barco o juro llegar a buen puerto...

Es tan grande la colección de mierda que guardo dentro
que debo tener el odio repetido...

Y cayendo voy, cayendo vengo,
ya intenté volar, pero no puedo,
ahora estoy precipitándome al vacío
que han dejado en mi interior los años que se fueron.

Y cayendo voy, cayendo vengo,
ya intenté volar, pero no puedo,
ahora estoy precipitándome al vacío
que han dejado en mi interior los años que se fueron.

Como cromos de una vida a la deriva,
ahora colecciono rencor en esta saliva,
estoy buscando la puerta de entrada,
como si nada, como si existiera una salida...

¿Y dónde está mi vida de odaliscas?
quiero concupiscencia carnal de esa,
apartar el onanismo de mi vida,
cambiarlo por concubinas, terminar con esta asfixia.

Apartar de mí el mal que me brota,
tanto ser bueno al final me hará un hijoputa,
el puto corazón en bancarrota,
mi alma rota, la vida injusta.

Angustias que recorren mi indolencia,
dame ganas de cambiar, o dame fuerzas,
porque por mí mismo juro que no puedo encontrarlas,
no deben estar en mi cabeza...

Y cayendo voy, cayendo vengo,
ya intenté volar, pero no puedo,
ahora estoy precipitándome al vacío
que han dejado en mi interior los años que se fueron.

Y cayendo voy, cayendo vengo,
ya intenté volar, pero no puedo,
ahora estoy precipitándome al vacío
que han dejado en mi interior los años que se fueron.

Por mí podéis dejarme solo, que me pudra,
que alimente sentimientos de desidia,
vivo en un rincón donde la luz no alumbra,
nací de espaldas a la palabra alegría.

Si hoy no es mi día, mañana no es mi día,
ayer no fue mi día ¿qué me queda?
¿abrazar esta tristeza en busca de compañía
imaginándome que es ella?

Quizás hacerme otra, quizás liarme uno,
pero no tengo pasta para lo segundo,
si no me encuentro ni yo mismo
creo que me he precipitado al lanzarme a buscar curro...

Y cayendo voy, cayendo vengo,
ya intenté volar, pero no puedo...