Volar (Prod. TERROR BEATS)

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Análisis

Se consolida un discurso íntimo que transita entre la resistencia y la desesperanza. La canción se erige como testimonio de cómo la escritura opera como un mecanismo de supervivencia, casi como una terapia autodestructiva, en la que cada verso cicatriza y a la vez reabre heridas. La metáfora del manuscrito de Voynich refuerza la idea de que sus textos son incomprensibles para los demás, escritos únicamente para sostenerse a sí mismo.

El autor reconoce en sus letras un filo doble, por un lado, la liberación de su carga emocional y por otro, el inevitable regreso a recuerdos que lo atormentan. Sin embargo, persiste la esperanza, frágil y tambaleante, de que aún puede brotar una primavera capaz de renovar su espíritu. Esa esperanza contrasta con la crudeza de su entorno, descrito como un infierno sin luz ni salida clara.

Solitario incorpora una dimensión afectiva nueva: el dolor por su madre, que nunca pudo concretar los sueños que imaginó. Allí se percibe una sensibilidad distinta, un vínculo entre el sufrimiento personal y la injusticia percibida en la vida de los seres queridos. La promesa de hacer justicia en el estudio se convierte en un voto de redención a través de su arte.

El cierre con la metáfora del vuelo expone la tensión entre el deseo de liberación y la aceptación del riesgo. Volar puede significar triunfo o caída, pero la mera posibilidad de intentarlo es suficiente frente a una vida que se le escurre de las manos. En este punto de su trayectoria, Solitario se muestra como un poeta que escribe para no morir, que convierte la palabra en el único refugio frente al vacío, y que, a pesar de todo, aún sostiene una fe mínima en la justicia poética y en la esperanza que no termina de apagarse.

Letra

El corazón me dijo por ahí no que duele,
y yo seguí llenando los papeles,
me autodestruyo, como una bomba,
con una cuenta atrás que me trastorna.

Uno mas digo, ya tengo varios sueños incumplidos,
miedos del pasado, colgando en mi anticuario,
donde expongo mis temores mas profundos
los que pesan y hacen que se hunda el barco.

Es mi manuscrito de Voynich,
no intentes entenderlo lo escribo para mí.

A unos le da por drogarse,
la droga es cara así que prefiero escribir,
y seguir matándome aunque esté muerto,
si no escribiera me pegaba un puto tiro.

Casi toda mi vida encerrado en un cuarto,
ahora que canto tiene un poco de sentido
doble filo en cada letra que trazo
por una me desahogo,
por otra me hace recordar todo lo malo y es que es tanto,
que no puedo dejar de lado algo que al lado me hace daño.

Mejor sacarlo fuera, aunque me duela,
me gusta ese dolor en cierta manera
esperanza por favor no te me mueras
que aun te queda un tramo mas por esperar en esta espera (en tren no llega).

Ojala que llegara primavera y,
se abrieran las flores para que así yo la huela,
ya mi pituitaria está jodida,
de tantos años oliendo la misma mierda.

El corazón frió y, la sangre hirviendo,
está nevando y eso que ando en el infierno,
la luz del fuego me atrae demasiados pocos recuerdos,
me doy la vuelta y solo veo un túnel negro.

Estoy llorando por mi madre aunque esté viva,
por la edad que tiene y no conoce el mundo,
pensaba que saldría de casa y viajaría,
y solo lo hizo imaginando aquel futuro.

Pero haré justicia y eso te lo juro,
la vida me va a devolver las lagrimas que escupo,
hinchado de llorar escribiendo esto,
solo espero hacer justicia en el estudio.

¿Qué porque escribo, si no disfruto?
por lo mismo por lo que respiro en estos días de luto,
estoy sensible, las cosas se van sumando,
y a la mínima de cambio me derrumbo,
porque no soy de piedra, y aunque lo fuera,
acabaría erosionado a causas de problemas,
que no cesan...
porque no hay ni princesas ni castillos ni noches de luna llena.

Me cuesta querer demasiado,
me cuesta muy poco odiar,
la vida se me va de las manos,
y lo que se ha quedado no se donde está.

Abre las ventanas del rascacielos,
que voy a intentar volar,
estoy convencido de que puedo,
¿y si no puedo ya que mas me da?