Días de infierno

Análisis
Desde el inicio, con la cita que remite a códigos de honor y a la firmeza de principios, se coloca en una posición de resistencia frente a un mundo que percibe como hostil e hipócrita. El contraste entre su autopercepción y la envidia ajena marca una distancia que no busca competir, sino aislarse y reafirmar que su lucha es consigo mismo.
La evocación de sus años de instituto como "días de infierno" revela un pasado marcado por la incomodidad social y por batallas internas que le robaron movimiento y esperanza. En este punto, aparece con fuerza la duda existencial: no sabe si la felicidad no existe o si simplemente nunca la ha experimentado. Esa sospecha lo conduce a un pensamiento trágico, quizás sea adicto a la infelicidad, una condición crónica que lo acompaña.
Establece un paralelismo con "Sin Halo", reforzando su idea de que cada cual encuentra su manera de autodestruirse, aunque él nunca escogió la suya. La vida, para él, es miserable y contradictoria, pero asume esa miseria como propia y hasta encuentra en ella una motivación para sublimar el dolor en belleza. La paradoja surge cuando descubre que otros disfrutan escuchando su tristeza, señal de un mundo enfermo que se alimenta del sufrimiento ajeno.
En lo social, denuncia la exclusión, la injusticia y la decadencia moral de una época donde cada vez quedan menos personas buenas, y las pocas se quiebran hasta el suicidio. Frente a ese panorama, su rebeldía es convertir la derrota en victoria, transformar la depresión en arte y oponerse a la felicidad conformista, que desprecia como una mentira para quienes se adaptan a lo injusto.
Solitario ya no se muestra como solo un joven atrapado en el dolor, sino un artista consciente de la potencia transformadora de ese sufrimiento. De su infierno interior hace poesía, y en su rechazo a la normalidad revela una búsqueda de autenticidad radical, aunque sea desde las sombras.
Letra
"Aclaremos una cosa ahora mismo...
Nunca en mi vida he hecho daño a nadie
que no se lo tuviera mas que bien merecido. ¿Lo entiendes?
Todo lo que tengo en esta vida, son mi cojones y mi palabra
y no los rompo por nadie ¿entiendes?"Van de que van y no llegan ni a la suela
de las zapas desgastadas que este condenado lleva,
quieren llegar donde estoy y hoy ni tan siquiera
he levantado el primer pie para iniciar esta carrera.Me parece patético, pienso "¿De veras?",
matarían por estar donde yo no estoy siquiera,
la envidia les ciega, y en verdad me la pela,
yo solo tengo mis ojos fijados en primavera.Las nubes se visten de luto sí recuerdo,
mis días de instituto, días de infierno
por movidas mentales le quité a mi vida todo movimiento,
pasaron varios años y seguía siendo invierno.No recuerdo cuándo fue la última vez que recordé
la sensación que se sentía al sentirse bien,
a día de hoy ando confundido
no sé si la felicidad no existe o es que nunca la he vivido,
quizás no la haya vivido porque no exista
quizás las dos anteriores sean la respuesta
lo que me lleva a pensar que este estado mental
sea crónico, y yo adicto a la infelicidad.Cada cual aquí se mata a su manera
ya lo dije en "Sin Halo", y lo repito en este tema
la diferencia entre una droga y mi obsesión
es que uno elige su adicción, y yo jamás elegí esta.La vida es una mierda, y encima es puta
pero es mi puta mierda de vida, y a mí me gusta,
cada uno apenca con lo que le toca
y juro voy a hacer victoria de esta mi derrota.Porque transformo depresiones en belleza,
haciendo de lo peor de mí mi mayor tristeza,
¿en qué clase de mundo loco vivimos,
que hay gente que disfruta escuchando mi tristeza?Pues en un mundo que te excluye socialmente,
en una vida muy parecida a la muerte,
hasta que te des cuenta o seas consciente
de que todas las barreras que hay se encuentran en la mente.Tú mismo cavas el hoyo en el que te encuentras,
y luego es muy difícil volver de vuelta,
los mecanismos mentales tienen tendencia
a evocar en ti preguntas que carecen de respuesta.No sería justo haber sufrido como un santo
vivido como un santo, para morir como otros tantos,
que después de tanta lucha me limite a vivir
como cualquier otra persona normal pero sin.Mis dieciocho años de vida ya perdida,
haré de ellos inspiración para llegar arriba,
si hay algo que me cae mal es la injusticia,
motivo principal de esta avaricia
y me desquicia pensar que, cada vez,
quedan me-nos personas buenas,
y las pocas que quedan se suicidan.El mundo está loco, pero aún quedamos unos pocos
que a ojos de ellos somos los locos cuando solo estamos rotos,
a mi que no me vendan la moto
la felicidad para los conformistas, lo demás para nosotros,
que yo no me como los mocos
la felicidad para los conformistas, lo demás para nosotros.Desde las sombras, ¡puta!
cantando desde las sombras.