Sin halo

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Análisis

Esta obra revela una voz poética que se aleja aún más de cualquier intento de evasión o pertenencia. Frente a un mundo que le resulta ajeno y hostil, reafirma su negativa a recurrir a drogas o alcohol, pero ese mismo rechazo lo condena a afrontar la crudeza de la vida sin amortiguadores. La canción plantea la injusticia de existir en un escenario donde el dolor parece ser la norma y la felicidad, un privilegio negado.

Se describe a si mismo como un “santo sin halo”, metáfora de una pureza incompleta, un ser condenado a la introspección y al sufrimiento sin redención. Su cuarto, convertido en santuario, refleja la paradoja de refugio y prisión: espacio donde se protege y al mismo tiempo se consume entre recuerdos, frustraciones y versos. La repetición de esta imagen subraya la idea de condena perpetua, de estar atrapado en una soledad insalvable.

Este tema confirma el avance de Solitario hacia un discurso más desesperanzado y filosófico, donde la vida aparece como una pesadilla inmerecida y la muerte se intuye como salida natural. En el recorrido de su obra, Sin Halo marca un punto en el que la escritura deja de ser solo desahogo para convertirse también en testimonio de una condena existencial, donde la pregunta no es cómo vivir, sino por qué vivir.

Letra

Me dicen que me follo un panorama al que no pertenezco,
yo no compito, vomito lo que llevo dentro,
unos se drogan, y a otros nos ahogan las penas,
en este mundo con forma de soga,
cada cual se mata a su manera.

El mal por vicio no es igual que el mal gratuito,
a mí me vino solo, todo lo descrito,
qué culpa tengo yo de que todo se tuerza,
que alguien me explique el crimen,
ya conozco la sentencia.

Me hace gracia que se droguen pa' evadirse,
algunos mataríamos por ser igual de felices,
y aquí estoy yo, que no pruebo ni el alcohol,
con una vida de mierda, y... pensando en irme...

¿Dónde están todos cuando los necesitas?
si nunca estuvieron, vinieron de visita.
Las cosas son tan crudas como su cuerpo,
el que no veré despierto, pero he visto en fantasías.

Lo que el cuerpo no siente, la mente inventa,
soy cercano a la muerte, dime tú si me renta,
tener que vivir esta puta pesadilla,
para poder soltar cuatro versos de mierda.

Se acerca el invierno y no me siento ya tan frío,
después de todo, todo estaba ya perdido,
la victoria acomplejada en el banquillo,
esperando su turno, cual Saturno sin anillo.

Cual santo sin halo,
mi cuarto es mi santuario,
desde el que escribo mis penas,
no entendí la condena,
y condenado me hallo...

Cual santo sin halo,
mi cuarto es mi santuario,
desde el que escribo mis penas,
no entendí la condena,
y condenado me hallo...

Condenado por los restos de los restos,
no me sumes las restas, ni me restes los momentos,
no me des problemas, ni me quites tiempo,
que poco me queda y demasiado estoy virtiendo.

Arena del reloj, la misma que lo entierra,
polvo somos y acabamos siendo mierda,
rotos ojos mirando hacia la izquierda,
cuando el valor es cero si no hay otra cifra cerca.

No estoy tomándomelo en serio,
estoy contando cosas serias,
quien confunde por querer es porque quiere hacerlo,
y el que no, entenderá mis letras.

Adolescencia te he buscado y no te encuentro,
en el mismo cajón donde estuve buscando el sexo,
se me va la vida, y no los malos ratos,
atado con bridas, mírame estoy aquí abajo.

Ya que el de arriba no me escucha,
y el de abajo está enterrado,
¿a quién expongo mis quejas y denuncias?
debió ser un hijo de puta el que me ha creado.

Si es pa' sentir dolor no me lleves al mundo,
la felicidad me dijo "No" y sonó rotundo,
si es pa' sentir alegría llévame de vuelta,
que quise entrar en su día y se me cerró la puerta...

Cual santo sin halo,
mi cuarto es mi santuario,
desde el que escribo mis penas,
no entendí la condena,
y condenado me hallo...

Cual santo sin halo,
mi cuarto es mi santuario,
desde el que escribo mis penas,
no entendí la condena,
y condenado me hallo...